La inesperada revelación de que la ayuda militar de Estados Unidos a Gran Bretaña durante el conflicto del Atlántico Sur en 1982, orquestada por el entonces Secretario de Estado Gral. Alexander Haig, fue un factor vital en la controversia cuatro años más tarde sobre los helicópteros Westland ha sido expuesta con toda crudeza por Michael Heseltine.
Heseltine renunció a su condición de Secretario de Defensa en 1986 en protesta por la forma en que la Primer Ministra Margaret Thatcher manejó la disputa en torno a la fábrica de helicópteros Westland, la cual en su momento también casi llegó a forzar la renuncia de la Dama de Hierro.
En un duro ataque al liderazgo de la Thatcher, recogidas en sus memorias recientemente publicadas, Heseltine acusa a la ex Primer Ministro de respaldar la oferta norteamericana por la fábrica de helicópteros británicos Westland como forma de un "trueque" acordado oportunamente con el ex Secretario de Estado Haig, quien se adjudicara el mérito de haber logrado que Estados Unidos brindara cobertura de radar a la Fuerza de Tareas en las Falklands.
El ex Secretario británico sugiere que esta fue la verdadera "motivación" secreta de la Sra. Thatcher al respaldar abiertamente la adquisición de la fábrica británica por el gigante norteamericano de los helicópteros, Sikorsky, en un intento por rescatar a la empresa de la bancarrota.
"Lo que ninguno de nosotros se dio cuenta entonces fue que la había telefoneado el General Haig, ahora un altísimo asesor de una empresa dependiente de Sikorsky, y como admitiera el propio militar, llamaba para el cumplimiento de la parte" (o sea ayuda en las Falklands-Malvinas). Esto nunca se nos reveló a ninguno de nosotros mientras se dilataba el debate en el gabinete sobre la Westland", afirma Heseltine.
Como Secretario de Estado en 1982 el General Haig había intentado en un primer momento mediar entre Gran Bretaña y Argentina para prevenir el conflicto pero más tarde el gobierno norteamericano respaldó a los británicos para asegurarse la derrota de la fuerza argentina. La victoria fortaleció la posición de Margaret Thatcher como Primer Ministra y la ayudó a ganar la siguiente elección general.
Pero en aquel entonces la Sra. Thatcher manifestó su malestar con los intentos del General Haig de mediar una solución haciendo concesiones a la Junta del General Galtieri.
La controversia de la Westland también resultó en la renuncia de un segundo miembro del gabinete, el Ministro de Comercio e Industria, Leon Brittan quien apoyó a la Primer Ministro contra las críticas de Heseltine quien hacía campaña
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