MercoPress. South Atlantic News Agency

Piloto argentino y sus dos hijas “encantados” de estar en las Islas.

Martín Rappallini, el argentino de 49 años que este miércoles a primera hora de la tarde aterrizara con su bimotor Piper Aerostar en el aeropuerto de Stanley dijo que había cumplido una ambición con la que había soñado desde que obtuviera su licencia de piloto en 1980. No se sintió disuadido por vientos cruzados de 60 grados, y dijo estar “mentalmente preparado”después del cruce de tres horas desde Punta Arenas en Chile.

"La falta de una respuesta positiva o negativa a mi solicitud para volar directamente a las Islas por parte de los autoridades argentinas, me obligó a hacer un desvió de 600 kilómetros cruzando aguas gélidas en ruta a las Islas. Volé por espacio aéreo chileno y el Canal de Beagle y luego al sur por muchas millas antes de llegar al espacio aéreo argentino tipo "G" para el cual no se requiere permiso. Traté de llamar al control aéreo de Ushuaia en tres ocasiones pero nunca me respondieron. Los chilenos si me captaron y confirmaron mis llamadas", dijo Rappallini quien trabaja en una empresa procesadora de petróleo que funciona en joint-venture con Spectrum, una compañía británica.

A su llegada no dejó de recordar a su colega Peter Williams "quien fue responsable por gran parte del trabajo de tierra para que el vuelo pudiera realizarse, y quien además pensaba acompañarme en el viaje, pero tuvo que retornar de urgencia a Gran Bretaña ante el agravamiento de la enfermedad de su padre".

La llegada del bimotor marcó la primera vez que un avión argentino aterriza en el aeropuerto de Stanley desde que concluyeran las hostilidades en 1982. Un Jumbo 747 de Aerolíneas Argentinas, con familiares de los argentinos sepultados en las Islas, aterrizó en el aeropuerto internacional de Mount Pleasant en 1990.

Rappallini insistió que no había recibido "negativa alguna ni aprobación alguna del gobierno argentino para realizar el vuelo, nadie me dijo que no volara y no violé ninguna ley argentina del momento que el cruce lo hice por el espacio catalogado "G"".

El cruce lo hizo acompañado de sus dos hijas, María Elena de 22 años, quien suspendió temporalmente sus planes de convertirse en piloto para dedicarse al estudio de la bioquímica y por María Paula de 20, quien está cursando ingeniería química. La familia vive en el barrio de Caballito, Buenos Aires, pero Rappallini se describe como hijo de la Patagonia, del momento que nació y se crió en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut.

Rappallini insistió que tanto él como sus dos hijas estaban en "un viaje privado de placer, nada político", y además manifestó su "desencanto por la cobertura mediática que tanto había distraído el auténtico propósito de su visita". Admitió